QUIERO DAROS LAS GRCIAS POR TODOS LOS QUE ME LEN Y ME SIGUEN ME HACE MUCHA ILUSÍON.

ESTOY EMPEZANDO A HACER UN CURSO DE RELATO CORTOS QUE ME ESTAN ENSEÑANDO A TERMINAR LOS FINALES.
PERDON NO HE PODIDO ESCRIBIR ANTES ,VUELVO A LA CARGA,BESOS

27 oct 2014

JULIA Y SUS VIAJES




Esta historia comienza en el mes de marzo cuando empiezan a abrirse las flores del azahar, desprendiendo una fragancia dulce en Sevilla capital. Aquí, en la Avda. Eduardo Dato, al lado de la fábrica de artillería, vive Julia con sus padres. Ella es alegre y vital. Tiene el pelo rizado, largo y rojizo. Sus ojos son almendrados. Su vestido es largo hasta los pies y verdoso.

Julia se levanta para ir a trabajar a  la Gran Plaza… ¡pero acaba de perder el autobús número cinco! Menos mal que está cerca el metro de Nervión. Su tarjeta del consorcio le sirve para el metro, el tranvía, el autobús… Mientras espera allí con un libro de plantas aromáticas, se encuentra a varias personas. Una de ellas es José, a quien no conoce aún.

Julia, que es muy observadora, ve al joven veinteañero de pelo rubio y corto y ojos añiles. José viste vaqueros, camisa y zapatos entre tonalidades azules y grises. A través de sus gafas ve en su móvil un vídeo del detective Colombo. Ella, al escucharlo, se sonríe.

La vida de Julia y las de los demás que usan los transportes del consorcio van a dar un cambio. En el caso de Julia, este cambio sucederá nada más subirse.
¡No puede creer lo que ven sus ojos: payasos, vampiros, un violinista, varios jornaleros del campo y hasta una bailarina de ballet! No obstante, lo que más le sorprende es el treintañero Luis caracterizado de Antonio Machado  leyendo Las Adelfas con voz profunda y gesticulando mucho.

Julia se mira y ve tierra. Se ve plantando en el suelo macetas de lavanda y romero. Con su misma ropa, guantes y sombrero. Se siente dichosa.

El móvil de José desaparece nada más montarse en el metro y se transforma en un detective de los años cincuenta. Lleva una gabardina beige,  un sombrero, una libreta con su lápiz y una lupa con la que lo investiga todo. Está sorprendido.

Julia y Luis se bajan en la Gran Plaza. Se miran atónitos, sus caras se iluminan y esbozando hermosas sonrisas vuelven ser ellos mismos. Piensan que todo ha  sido un sueño.

Luis porta ahora un traje de chaqueta negro y camisa blanca y un maletín. Va al gabinete de abogados. ¡Julia al bajarse ya no tiene plantas! Ahora vuelve a tener el libro en sus manos y va hacia la tienda de ropa de bebés donde trabaja. José, hasta que no baje del metro, no volverá a ser él.

Al día siguiente Julia decide coger la línea cinco para  a ir la tienda y ve montados a José, Luis y al resto de los pasajeros vestidos igual que ayer. Se reconocen entre ellos, se presentan, hablan de lo sucedido y optan por terminar juntos el trayecto de la línea cinco.

Julia al bajarse, piensa sobre los viajes que hizo tanto en el metro como en el autobús y finalmente decide montar una tienda de aromaterapia cumpliendo así su sueño.


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